A fines de enero de 2020, China informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la existencia de un nuevo virus de la familia de los coronavirus que infectó a 62 personas y provocó la muerte de dos en la ciudad de Wuhan. El 21 de enero se confirmó el primer caso en Estados Unidos, y su rápida propagación por su transmisión de persona a persona.
El 22 de enero, la Cancillería argentina recomendó a quienes viajen a China para los festejos del año nuevo chino evitar «el contacto con individuos que presentan enfermedades respiratorias agudas, asistir a lugares con presencia de animales de granja o salvajes, vivos o muertos, e ingerir alimentos crudos», el uso de mascarillas, ventilar los ambientes compartidos y evitar los lugares con mucha gente. La secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, manifestó que «es una situación de alerta relevante. En el contexto de un mundo globalizado podemos tener alguna persona que venga de China con algún síntoma y el mensaje para el país es que en este momento hay una alerta en China pero no a nivel mundial. Hay una precaución en relación a los viajes hacia esa ciudad (Wuhan), que en este momento está cerrada» y que la Argentina «está trabajando para que si hubiera una sospecha se pueda identificar. Estamos siguiendo las recomendaciones de la OMS, no hay indicación de restricción de los viajes o de algún monitoreo especial. Sin embargo, sí hay una alerta para casos que cuenten con síntomas de una infección respiratoria aguda grave» y recalcó que «se está trabajando para identificar cualquier caso sospechoso y si lo fuera, se deriva al laboratorio».